Ayer tuvieron lugar las primeras proyecciones del festival Cineuropa de Santiago de Compostela. Arte que no Ves estuvo en el teatro principal para ver The Week-End, película dirigida por Roger Michell y que está ambientada en París dónde los dos protagonistas, Nick y Meg, buscan reforzar su relación en un momento difícil como es la crisis de los 50. Una etapa dónde se plantean cambios, reflexiones,..., y que así se plasman en la película.
En busca del París de l' amour
Los dos protagonistas, Nick y Meg, ambos profesores universitarios, acuden a París con la idea de pasar un fin de semana idílico por motivo de su 30 aniversario de bodas. Llegan con la idea de revivir experiencias pasadas en la ciudad de l' amour. Aunque pronto se ve una actitud totalmente opuesta en ambos. Mientras Nick busca ser prudente a la hora de tomar decisiones como la simple elección del hotel, Meg busca vivir un fin de semana alocado lleno de nuevas experiencias que rompan con su rutina. De esta manera, se verán envueltos en varias situaciones que les permitan disfrutar de su relación y su vida, que ahora pasa por una etapa problemática llena de cambios. Sin embargo, las sombras de la relación acabarán por reaparecer.
La película, al menos casi la primera mitad, reflejan las aventuras y desventuras de Nick y Meg por París, dónde se da enorme cabida al humor, sobre todo al gran papel de Jim Broadbent. Esta es quizás la parte más entretenida dónde vemos como las dos personas buscan romper con esa rutina que llevan en su Inglaterra natal, que les llevará a practicar actividades muy diferentes de lo que podríamos pensar de alguien de esa edad. Sin embargo, más allá de la mitad se ve un cambio brusco de su relación hacia un temática más seria y que mostrará la verdadera realidad de la pareja.
Este cambio se produce de manera brusca y no como una paulatina evolución. De esta manera, la película puede parecer un tanto caótica. Aunque sí es cierto que a lo largo de la película se ven algunos detalles, dónde se pueden intuir, pronto se vuelve a olvidar para dedicarse a vivir el momento de París. Solo es hasta el momento de la cena con el amigo de Nick, Morgan, la película gana en interés y profundidad. Hasta entonces, el espectador está perdido entre una maraña de sentimientos.
Imposible hacerlo mal en París
El apartado técnico es quizás uno de los aspectos más sobresalientes de la película. Esto se debe en gran parte, a que puede resultar difícil no filmar escenas bellas del París turístico de la Torre Eiffel, Montmartre, los lujosos hoteles, etc. Cada plano gracias a las características propias de la ciudad, están llenas de belleza y claridad, entendiendo el espectador a cada fotograma el porqué del viaje de Nick y Meg a París.
Sin embargo, en la película habrá numerosos planos generales de la ciudad y, si los hay, son relativamente pocos. Esto se debe a que la cámara adopta el punto de vista de los protagonistas y todos las escenas o parten de la visión que ellos tienen, o los tiene a ellos incluidos dentro del plano. Por esto la cámara suele estar inestable la mayoría de veces, reflejando esa inestabilidad de los personajes. Lo importante no es reflejar la belleza en sí de París, sino como esta les acaba afectando a ellos, que es el principal motivo de su viaje a la ciudad.
También resulta interesante un aspecto que igual pasa de desapercibido por los espectadores y que es la cuestión del tiempo. Los protagonistas han elegido un fin de semana para visitar la ciudad e intentar revivir su relación. Sin embargo, con el paso de los días esto no acaba de ocurrir, acabando cada noche en la cama y con el sonido de un reloj de pulsera de fondo, casi imperceptible. La marcha imparable del tiempo que apura sus últimas horas en París y en dónde ellos no ven ninguna evolución en su relación y que desencadenará la serie de acontecimientos que cambiarán sus vidas.
Sobre el director: Roger Michell
Roger Michell es un director británico y que puede resultar conocido por películas como Nottin Hill o Hyde Park on Hudson. Aunque sus películas se mueven siempre en la temática amorosa, también ha probado con el cine de acción como Al límite de la verdad, con Ben Affleck y Samuel L. Jackson.
Sin embargo, en sus largometrajes también se da bastante importancia al humor, como se puede ver en Le Week-End. Aunque este humor suele ocultar otro tipo de aspectos más profundos como ocurre en esta cinta o en otras como El intruso o Venus.
También es bastante habitual que los personajes de sus películas se vean inmersos en nuevas experiencias, como viajes o visitas de familiares. No obstante, en estos siempre habrá una ruptura de la expectativa y que permitirá el desarrollo de los personajes, cuyas nuevas experiencias dejará una fuerte impronta en sus vidas.
Conclusión
La cinta refleja los intentos de una pareja de mediana edad por revivir su relación en la ciudad parisina. Todas estas nuevas y alocadas experiencias surgen del arrebato de sus protagonistas por cambiar la rutina en la que se ven inmersos, agravada por la crisis de los 50. Aunque a pesar del humor inicial, de repente y bruscamente, saldrán a relucir sus miserias internas. Todo ello rodeado de un apartado técnico bello, gracias en gran parte a la propia naturaleza de París.
Le Week-End volverá a proyectarse este sábado 9 a las 22:30 en el Teatro Principal y el próximo lunes 11 a las 23:00 en el Salón Teatro de Santiago de Compostela.
Otros enlaces de interés:
Todo sobre la 27ª Edición de Cineuropa
En busca del París de l' amour
Los dos protagonistas, Nick y Meg, ambos profesores universitarios, acuden a París con la idea de pasar un fin de semana idílico por motivo de su 30 aniversario de bodas. Llegan con la idea de revivir experiencias pasadas en la ciudad de l' amour. Aunque pronto se ve una actitud totalmente opuesta en ambos. Mientras Nick busca ser prudente a la hora de tomar decisiones como la simple elección del hotel, Meg busca vivir un fin de semana alocado lleno de nuevas experiencias que rompan con su rutina. De esta manera, se verán envueltos en varias situaciones que les permitan disfrutar de su relación y su vida, que ahora pasa por una etapa problemática llena de cambios. Sin embargo, las sombras de la relación acabarán por reaparecer.
La película, al menos casi la primera mitad, reflejan las aventuras y desventuras de Nick y Meg por París, dónde se da enorme cabida al humor, sobre todo al gran papel de Jim Broadbent. Esta es quizás la parte más entretenida dónde vemos como las dos personas buscan romper con esa rutina que llevan en su Inglaterra natal, que les llevará a practicar actividades muy diferentes de lo que podríamos pensar de alguien de esa edad. Sin embargo, más allá de la mitad se ve un cambio brusco de su relación hacia un temática más seria y que mostrará la verdadera realidad de la pareja.
Este cambio se produce de manera brusca y no como una paulatina evolución. De esta manera, la película puede parecer un tanto caótica. Aunque sí es cierto que a lo largo de la película se ven algunos detalles, dónde se pueden intuir, pronto se vuelve a olvidar para dedicarse a vivir el momento de París. Solo es hasta el momento de la cena con el amigo de Nick, Morgan, la película gana en interés y profundidad. Hasta entonces, el espectador está perdido entre una maraña de sentimientos.
Imposible hacerlo mal en París
El apartado técnico es quizás uno de los aspectos más sobresalientes de la película. Esto se debe en gran parte, a que puede resultar difícil no filmar escenas bellas del París turístico de la Torre Eiffel, Montmartre, los lujosos hoteles, etc. Cada plano gracias a las características propias de la ciudad, están llenas de belleza y claridad, entendiendo el espectador a cada fotograma el porqué del viaje de Nick y Meg a París.
Sin embargo, en la película habrá numerosos planos generales de la ciudad y, si los hay, son relativamente pocos. Esto se debe a que la cámara adopta el punto de vista de los protagonistas y todos las escenas o parten de la visión que ellos tienen, o los tiene a ellos incluidos dentro del plano. Por esto la cámara suele estar inestable la mayoría de veces, reflejando esa inestabilidad de los personajes. Lo importante no es reflejar la belleza en sí de París, sino como esta les acaba afectando a ellos, que es el principal motivo de su viaje a la ciudad.
También resulta interesante un aspecto que igual pasa de desapercibido por los espectadores y que es la cuestión del tiempo. Los protagonistas han elegido un fin de semana para visitar la ciudad e intentar revivir su relación. Sin embargo, con el paso de los días esto no acaba de ocurrir, acabando cada noche en la cama y con el sonido de un reloj de pulsera de fondo, casi imperceptible. La marcha imparable del tiempo que apura sus últimas horas en París y en dónde ellos no ven ninguna evolución en su relación y que desencadenará la serie de acontecimientos que cambiarán sus vidas.
Sobre el director: Roger Michell
Roger Michell es un director británico y que puede resultar conocido por películas como Nottin Hill o Hyde Park on Hudson. Aunque sus películas se mueven siempre en la temática amorosa, también ha probado con el cine de acción como Al límite de la verdad, con Ben Affleck y Samuel L. Jackson.
Sin embargo, en sus largometrajes también se da bastante importancia al humor, como se puede ver en Le Week-End. Aunque este humor suele ocultar otro tipo de aspectos más profundos como ocurre en esta cinta o en otras como El intruso o Venus.
También es bastante habitual que los personajes de sus películas se vean inmersos en nuevas experiencias, como viajes o visitas de familiares. No obstante, en estos siempre habrá una ruptura de la expectativa y que permitirá el desarrollo de los personajes, cuyas nuevas experiencias dejará una fuerte impronta en sus vidas.
Conclusión
La cinta refleja los intentos de una pareja de mediana edad por revivir su relación en la ciudad parisina. Todas estas nuevas y alocadas experiencias surgen del arrebato de sus protagonistas por cambiar la rutina en la que se ven inmersos, agravada por la crisis de los 50. Aunque a pesar del humor inicial, de repente y bruscamente, saldrán a relucir sus miserias internas. Todo ello rodeado de un apartado técnico bello, gracias en gran parte a la propia naturaleza de París.
Le Week-End volverá a proyectarse este sábado 9 a las 22:30 en el Teatro Principal y el próximo lunes 11 a las 23:00 en el Salón Teatro de Santiago de Compostela.
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