Otra de las películas que hemos tenido la oportunidad de ver en Cineuropa ha sido Jeune et Jolie, película dirigida y guionizada por François Ozon. A priori, la cinta parte de un planteamiento original, atractivo y rompedor: una joven de 17 años que compagina sus estudios con la prostitución de lujo. Ante estas premisas, uno acude expectante para conocer los motivos por los que Isabelle se introduce en el mercado del placer: ¿Económicos? ¿Sociales? ¿Personales?
¿El retrato de una joven transgresora?
La película condensa en 4 estaciones, la adolescencia de la joven Isabelle perteneciente a una familia de clase media alta. La adolescente carece de un entorno negativo pues prácticamente posee de todo: dinero, cariño y estabilidad emocional. Además ella es consciente de que es bella. Pronto según avanzan los primeros minutos, el espectador asiste a los primeros pasos de Isabelle dentro del mundo sexual, que comenzará con la pérdida de su virginidad. Una vez dejada atrás la primera vez y la inocencia, pronto se da cuenta que algo ha cambiado en ella. Por un lado, no está cómoda con las relaciones amorosas tradicionales. Por otro lado, descubre un mundo lleno de nuevas experiencia, pasiones y placeres como es el mundo del sexo, algo que le llevará a iniciarse en el mundo de la prostitución.
La cinta huye por completo de relacionar el mundo de la prostitución con una necesidad económica, algo que sería bastante habitual en el momento de crisis actual. Isabelle no necesita dinero, ni tampoco está falta de amor. Ella solamente quiere encontrar una forma de ser, una identidad con la que sentirse verdaderamente cómoda y este sera el mundo sexual. Como era de esperar, esta perspectiva choca directamente contra la concepción de las relación tradicional, dónde el amor es el pilar fundamental. En cambio, en la película las relaciones, sobre todo matrimoniales, ocultan el deseo de probar nuevas experiencias y placeres fuera del ámbito de pareja. De esta manera el director plantea una pregunta implícita, ¿qué diferencia hay entre lo que hace Isabelle y lo que hace el resto de la sociedad?
Sin embargo, la película en su momento más álgido, se derrumba sucumbiendo a los convencionalismos, como si el director no asumiera la plenamente la idea que busca reflejar en la película. Además, a modo de epílogo se introduce un elemento forzado que busca establecer una circularidad que la película no necesitaba. Solo si la cinta hubiera acabado 15 minutos antes, habría sido una gran película. En cambio, de esta forma quien vea la película pronto se olvidará de ella.
Idealizando el mundo de la prostitución
La película presenta un acabado técnico bello que busca ofrecer una visión idealizada del mundo de la prostitución. A pesar de todas las concepciones negativas que se tienen de él, aquí se muestra un mundo de lujo dotado de colores cálidos y ambientes muy iluminados, careciendo totalmente de cualquier aspecto negativo. Si lo hubiera tenido, habría resultado un tanto chocante que la joven Isabelle se sintiera cómoda en una atmósfera contraria al ambiente familiar, aunque podría reflejar un actitud más transgresora contra la sociedad en la que vive.
El director tampoco esconde las experiencias sexuales de Isabelle, como se puede ver en otras películas,quizás destinadas a un ámbito más comercial. Muchas de ellas poseen cierta belleza, con escenas llenas de luz y totalmente en cuadradas. Además, en estas escenas es donde se ve la reafirmación de la adolescente con su sexualidad, a partir de gestos o primeros planos.
Además, en la cinta hay una fuerte presencia de la música y que marca las distintas etapas por las que pasa Isabelle. Sin embargo, algunas veces saca al espectador de la escena al meterse a calzador en ciertos momentos. Incluso, podría decirse que puede resultar hasta molesta e innecesaria, haciendo totalmente explícito lo que las escenas ya de por sí transmiten.
François Ozon y sus originales puntos de vista
François Ozon es un director francés que, desde que realizara su primer cortometraje en 1988, Photo de Famille, siempre ha estado presente en los festivales más importantes del cine. Jeune et Jolie no es una excepción dentro de su filmografía dónde hay varias películas que ofrecen un punto de vista hasta antes nunca visto de las relaciones humanas y, sobre todo, la sexualidad. Este es el caso de películas como Gotas de agua sobre Piedras calientes, Amantes criminales, Sitcom.
Aunque entre sus películas también se encuentran varios thrillers, entre los que destaca su penúltima película En la casa, que acumuló varias nominaciones y premios entre los que se encuentran César, Concha de Oro de San Sebastián o el Goya. Dentro de este ámbito también hay que resaltar 8 femme.
También cuenta con su carrera con numeroso cortometrajes y dónde también se muestra el estilo característico del director francés.
Conclusión
La cinta parte de una premisa original y rompedora que busca retratar la rebeldía de la juventud frente a las relaciones tradicionales. Sin embargo, al final le acaba dejando a uno un sabor amargo, al no llegar hasta el final del planteamiento y sucumbiendo antes el mundo al que primeramente se opuso. En resumen, una historia que pudo haber sido, y no llego a ser.
Otros enlaces de interés: Todo sobre la 27ª edición de Cineuropa
¿El retrato de una joven transgresora?
La película condensa en 4 estaciones, la adolescencia de la joven Isabelle perteneciente a una familia de clase media alta. La adolescente carece de un entorno negativo pues prácticamente posee de todo: dinero, cariño y estabilidad emocional. Además ella es consciente de que es bella. Pronto según avanzan los primeros minutos, el espectador asiste a los primeros pasos de Isabelle dentro del mundo sexual, que comenzará con la pérdida de su virginidad. Una vez dejada atrás la primera vez y la inocencia, pronto se da cuenta que algo ha cambiado en ella. Por un lado, no está cómoda con las relaciones amorosas tradicionales. Por otro lado, descubre un mundo lleno de nuevas experiencia, pasiones y placeres como es el mundo del sexo, algo que le llevará a iniciarse en el mundo de la prostitución.
La cinta huye por completo de relacionar el mundo de la prostitución con una necesidad económica, algo que sería bastante habitual en el momento de crisis actual. Isabelle no necesita dinero, ni tampoco está falta de amor. Ella solamente quiere encontrar una forma de ser, una identidad con la que sentirse verdaderamente cómoda y este sera el mundo sexual. Como era de esperar, esta perspectiva choca directamente contra la concepción de las relación tradicional, dónde el amor es el pilar fundamental. En cambio, en la película las relaciones, sobre todo matrimoniales, ocultan el deseo de probar nuevas experiencias y placeres fuera del ámbito de pareja. De esta manera el director plantea una pregunta implícita, ¿qué diferencia hay entre lo que hace Isabelle y lo que hace el resto de la sociedad?
Sin embargo, la película en su momento más álgido, se derrumba sucumbiendo a los convencionalismos, como si el director no asumiera la plenamente la idea que busca reflejar en la película. Además, a modo de epílogo se introduce un elemento forzado que busca establecer una circularidad que la película no necesitaba. Solo si la cinta hubiera acabado 15 minutos antes, habría sido una gran película. En cambio, de esta forma quien vea la película pronto se olvidará de ella.
Idealizando el mundo de la prostitución
La película presenta un acabado técnico bello que busca ofrecer una visión idealizada del mundo de la prostitución. A pesar de todas las concepciones negativas que se tienen de él, aquí se muestra un mundo de lujo dotado de colores cálidos y ambientes muy iluminados, careciendo totalmente de cualquier aspecto negativo. Si lo hubiera tenido, habría resultado un tanto chocante que la joven Isabelle se sintiera cómoda en una atmósfera contraria al ambiente familiar, aunque podría reflejar un actitud más transgresora contra la sociedad en la que vive.
El director tampoco esconde las experiencias sexuales de Isabelle, como se puede ver en otras películas,quizás destinadas a un ámbito más comercial. Muchas de ellas poseen cierta belleza, con escenas llenas de luz y totalmente en cuadradas. Además, en estas escenas es donde se ve la reafirmación de la adolescente con su sexualidad, a partir de gestos o primeros planos.
Además, en la cinta hay una fuerte presencia de la música y que marca las distintas etapas por las que pasa Isabelle. Sin embargo, algunas veces saca al espectador de la escena al meterse a calzador en ciertos momentos. Incluso, podría decirse que puede resultar hasta molesta e innecesaria, haciendo totalmente explícito lo que las escenas ya de por sí transmiten.
François Ozon y sus originales puntos de vista
François Ozon es un director francés que, desde que realizara su primer cortometraje en 1988, Photo de Famille, siempre ha estado presente en los festivales más importantes del cine. Jeune et Jolie no es una excepción dentro de su filmografía dónde hay varias películas que ofrecen un punto de vista hasta antes nunca visto de las relaciones humanas y, sobre todo, la sexualidad. Este es el caso de películas como Gotas de agua sobre Piedras calientes, Amantes criminales, Sitcom.
Aunque entre sus películas también se encuentran varios thrillers, entre los que destaca su penúltima película En la casa, que acumuló varias nominaciones y premios entre los que se encuentran César, Concha de Oro de San Sebastián o el Goya. Dentro de este ámbito también hay que resaltar 8 femme.
También cuenta con su carrera con numeroso cortometrajes y dónde también se muestra el estilo característico del director francés.
Conclusión
La cinta parte de una premisa original y rompedora que busca retratar la rebeldía de la juventud frente a las relaciones tradicionales. Sin embargo, al final le acaba dejando a uno un sabor amargo, al no llegar hasta el final del planteamiento y sucumbiendo antes el mundo al que primeramente se opuso. En resumen, una historia que pudo haber sido, y no llego a ser.
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